Me imagino las veces que habrás escuchado la expresión: “no hay otra forma” “Esa es la única vía” “hay que hacerlo así”; implica singularidad,  no hay ninguna otra opción. De eso se trata la declaración hecha por Jesús en el evangelio de Juan  capítulo 14 el versículo 6, cuando dice: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” y con esto, la tercera enseñanza de la serie. 

En el contexto de su última semana de vida, luego de haber sido recibido con aclamación  como el Rey de Israel! ( Jn 12:13)  y anunciado a sus discípulos que moriría y de la forma que ocurriría su muerte (Jn 12:27-36), Jesús ahora les da unas palabras de ánimo.

Estas palabras tienen como propósito cambiar la perspectiva pesimista de cómo pueden ser afrontados los hechos que se avecinan. Habiendo participado de todas las enseñanzas del maestro y siendo testigos presenciales de los grandes milagros de Jesús y de sus interesantes interacciones con los diversos personajes de la historia de los evangelios, ahora los discípulos enfrentaran una realidad totalmente diferente:

Jesús se despide de ellos diciendo que va a la Casa del Padre (expresión que con frecuencia usamos para referirnos a la muerte).

Pero en las palabras del Señor hay un llamado a la certidumbre, no a las emociones o sentimientos, la seguridad se expresa de forma imperativa: “No se turbe su corazón; Creed en Dios, Creed también en mi” (Jn 14:1)

 

Cuando Jesús hace su anuncio,  la reacción no se hizo esperar y es cuando los discípulos comienzan a interrogarle que se produce una de las declaraciones más trascendental que tiene toda la biblia,

“Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” (Jn 14:6).

La manera singular de esta expresión no permite ninguna otra opción, el Camino, la Verdad, la Vida; indiscutiblemente esta declaración cambió la manera de ver la realidad de los discípulos, aunque estaban aturdidos por las noticias dadas por Jesús y serían más perturbados en los próximos días por los acontecimientos venideros, ellos confiaron en las palabras del maestro, ya no preguntaron ¿a dónde vas, ni a quién iremos?

A pesar de que la debilidad alcanzó a los discípulos al momento de Jesús ser apresado y de que al morir se desanimaron, sin embargo permanecieron juntos; no se dejaron llevar de sus emociones y sentimientos y fueron conducidos por las poderosas palabras “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”

Es muy evidente que luego de la resurrección, los discípulos anunciaron a Jesús como el único camino hacia Dios (Hch.4:12), Como la verdad única (1Tim. 2:4, 3Jn. 1:4) y la Vida (Col. 3,4 y 1Jn_5:12 ).

Ante la imperiosa necesidad que  te embarga y la incertidumbre que puede resultar de la actual crisis, quiero recordarte a Jesús decir: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” 

Autor: Pastor  Faustino Peralta

Basada en

Juan 14:1-14