El Maestro de Galilea, está llegando a la parte final de esta noche especial, y tomó este momento y alertó a sus discípulos sobre cosas que tendrían que enfrentar, les adelantó todas las cosas que les esperaban: persecuciones y aflicciones por las que tendrían que pasar; pero así mismo como les advirtió les dijo:
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33.
Les garantizó que en él tendrían paz y confianza, estaría con ellos todos los días hasta el fin del mundo, no les dejaría huérfanos, le enviaría al Espíritu Santo. El Señor es fiel a sus promesas. Es omnisciente y omnipotente.
Confiado en las palabras y promesas de Jesús, el apóstol Pablo pudo asegurar: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)
Leer Salmos 34:19 y Mateo 5:11 y 12
Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados. …¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:28-39)
La vida cristiana no es una vida color de rosa. Jesús advirtió que tendríamos aflicciones, momentos difíciles; pero prometió estar con nosotros. Eso nos garantiza que venceremos las aflicciones y las adversidades de la vida. Juntamente con la prueba nos dará la salida.
Leer Mateo 16:24, Mateo 11:28-30, y 1 Corintios 10:13
Es necesario que haya en nosotros el mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:5-11)
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios;…Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:1-5)
La confianza en Jesús, es fundamental y trascendente; pues sólo en él hay salvación. El que en él cree no se pierde, más tiene vida eterna. Él es el camino, la verdad y la vida. Todo fue creado por medio de él y para él. El propósito de Dios para nosotros se consume en creer (confiar) en su Hijo Jesucristo.
Leer Hechos 4:12, Juan 3:16; 14:6, Colosenses 1:15-23.
Así que, a tener paz y confianza en Aquel quien nos llamó de las tinieblas, a su luz admirable.
Autor: Alexis Rodríguez
Presidente ADOCOC
Basado en Juan 16:25-33
Jesús no nos dijo que no tendríamos aflicciones, sino que él estaría con nosotros en medio del dolor y que venceremos en su nombre…
Bendiciones Sr. De Aza, y donde decimos que el dijo que no tendríamos aflicción:
tomó este momento y alertó a sus discípulos sobre cosas que tendrían que enfrentar, les adelantó todas las cosas que les esperaban: persecuciones y aflicciones por las que tendrían que pasar; pero así mismo como les advirtió les dijo:
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33.