Ha intentado hablar con alguien que mientras usted lo hace, él se ocupa tejiendo que responderle para justificarse todo el tiempo…pues le tengo el mejor ejemplo de esto, Moisés.
Éxodo 3:1 narra como el Ángel de Jehová a través de un espectáculo insólito con la zarza ardiente se le apareció a Moisés mientras el apacentaba las ovejas en Horeb, Monte de Dios, lo llama y le revela su objetivo: librar su pueblo oprimido en Egipto, le describe hacia donde lo hará y a través de quién: Te enviaré a Faraón para que saques mi pueblo de Egipto; me imagino la manera como Moisés abrió los ojos ante tan retadora propuesta, entonces empezó a construir los siguientes argumentos:
¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 3:11 Esta es la primera objeción, una declaración de auto insuficiencia que parece razonable ante un hombre que llevaba 40 años ausente y su ocupación actual Pastor no era nada prometedor.
El siguiente argumento está en 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí llego yo a los hijos y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, si me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué le responderé?, entonces el Señor con toda paciencia le dice: YO SOY me envió a vosotros, Jehová Yavhe, le provee dos discursos, uno para los ancianos de Israel, uno para el Faraón, le develó toda la estrategia del plan y la promesa maravillosa de que Dios estará con él, y si usted piensa que esto fue suficiente, entonces viene el tercero, una objeción hipotética:
He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz (4:1)…
El cuarto argumento está basado en incapacidad (Éxodo 4:10) Ay Señor, nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo, porque soy tardo en el habla y torpe en la lengua. Avalándose de la importancia de la elocuencia en la cultura egipcia.
El Señor le dice en el 12: Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Y él dijo ¡Ay Señor!, envía a otro… si se preguntó cuándo es que el Señor se enoja: fue en éste último!!.
Cinco argumentos basados en sus complejos, incapacidad, miedos, circunstancias y limitaciones. Lo lamentable es que él estaba tan enfocado en defender estos argumentos que a mi juicio no se detuvo a digerir lo que el Señor le estaba diciendo, esto lo digo porque primero, las respuestas del Señor no estaban enfocadas en limitaciones de Moisés, sino en Su infinito amor y misericordia que quería extender al pueblo oprimido en Egipto.
En Éxodo 3:12 el Señor le responde a Moisés, Ve, porque yo estaré contigo y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Dos hermosas promesas que pudieron ser suficiente para acallar todas las voces de autocompasión y autoinsuficiencia que se levantaron en la mente de Moisés: una tenía que ver con su respaldo en la encomienda y la otra que garantizaba el éxito de la misma, pero la sesión que se había levantado en su cabeza para crear el siguiente argumento que lo libraría del ¨llamado santo¨ lo tenía ocupado.
¿Y tú tienes argumento ante el llamado santo que Dios te ha encomendado?, porque en estos tiempos sí que hay opciones para elegir: trabajo, escuela, universidad, pareja, trabajo, vida social, situación económica, clima y otras mil seiscientas más.
¿Cuántas personas están detenidas en el sexto argumento? ¿Cuántas se llevaron sus argumentos a la tumba?
Si Dios te dijo: Yo estaré contigo desde el principio, calla la sesión de tu mente, recoge las maletas y emprende el viaje, te aseguro que no será fácil, pero con Dios todo es posible.
Dios no habita en zona de confort, sino pregúntala a Abraham cuando estaba en Harán o a Jesús antes de venir a morir por ti y por mí.