El origen de este dicho está en los espadachines que acorralaban a su adversario entre la espada y la pared y esto me recordó los israelitas cuando salieron de Egipto y el corazón del Faraón se volvió a endurecer y decidió ir tras ellos con todo el pueblo (Éxodo 14:5).
De un lado el Faraón con 600 carros de la fuerza especializada elite de ese tiempo y sus capitanes en ellos, versus un pueblo poco entrenado, mal equipado, sin preparación y peor aún sin experiencia militar, del otro lado el Mar Rojo.
La palabra dice en Éxodo 14:10-14 (NTV): Cuando el Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés ¿No había sepulcros en Egipto que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.La reacción inicial del pueblo al ver sus perseguidores fue clamar a Dio, pero la angustia, la ansiedad hizo que el clamor pronto se transformara en quejas hasta el punto que olvidaron el grado de esclavitud que habían sufrido, preferían estar vivos y esclavos, que muertos.
¿Te has sentido entre la espada y la pared? En medio de dos situaciones difíciles, Sin salida, sin aliento, donde no ves esperanza, te presiona la ansiedad, la preocupación, te invade la tristeza, la ira, la impotencia y dices: ¡Hasta aquí llegué! Pues tengo algo de parte de Dios que decirte: NO TEMAS! Porque si Dios está en medio de la situación como lo estaba con los Israelita, vas a contemplar una acción libertadora, porque como le dijo Moisés en el verso 13-14 No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el SEÑOR los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El SEÑOR mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.(V.14)
El Señor condujo al pueblo a la salida, instruyó a Moisés a abrir el mar Rojo, los cubrió con la nube y la columna de fuego, trastornó el campamento egipcio, les guardó, los liberó. La historia continúa en el cap. 15 con un pueblo maravillado por la grandeza y el poder de Dios, y terminaron todos entonando Cánticos y exaltando su nombre.
Dios es quien hace posible lo imposible; solo Él es capaz de hacer sendas donde no las hay para cumplir su perfecta voluntad en nosotros, por eso cuando veas que el camino se terminó para ojos humano, es cuando inicia para Dios, conforme a sus propósitos en ti, ¡No temas!
Y desde hoy recuerda que: Entre la espada y la pared, hay mil posibilidades en Dios. ¡Cree, espera, confía y el Hará!.