…y levantando los ojos al cielo, dijo, Padre, la hora ha llegado. Jn. 17:1.
Unos momentos antes de esto Jesús venía de decirle a sus discípulos que uno lo traicionaría, que otro lo negaría 3 veces y que todos se escandalizarían y saldrían corriendo. No obstante, Jesús usa sus últimos momentos, eleva una oración para pedir al Padre cosas muy específicas por ellos y dejarnos una última enseñanza.
Aunque Jesús estaba a punto de dar su vida por toda la humanidad, ese momento de oración no era por todo el mundo. Jesús ora por aquellos que habían sido transformados a través de una relación con él (v9), dejándonos a ver que Dios atiende de manera especial a los que creen.
Mientras el ser humano se levanta cada día con doctrinas que nos dividen, Jesús ora porque seamos uno; mientras peleamos por religiones, él ruega porque seamos uno; mientras luchamos ministerios contra ministerios,
Jesús clama porque seamos uno, como él y el Padre son uno.
Vivimos en un tiempo donde la gente cree en la meditación, en las bebidas milagrosas, en que compartir una imagen te traerá bendiciones, que su esperanza viene de un personaje político, que encontrar una hebra de cabello en la biblia es una señal, que una imagen colgada en el cuello trae protección; La gente está desesperada por creer en algo, la creación gime por la manifestación de los hijos de Dios – Rom. 8:19.
Sin embargo, cada día hay menos gente en la iglesia y muchos ministerios desaparecen. Jesús sabía que la única forma de traer fe al pueblo y acércalo a él era a través de una iglesia unida, que no se pierda en contiendas y vanidades, que luche por la edificación de su cuerpo y que se manifieste al mundo como dignos representantes de Cristo a través de la perfecta unidad;
Tú en mí, yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea v21.
Seamos parte de la generación que deja a un lado las razas y entiende que toda tribu adorará al Señor, dejemos a un lado nuestra procedencia y sepamos que toda lengua alabará su santo nombre, que pongamos las doctrinas por debajo del mandamiento sagrado de amarnos los unos a los otros y coloquemos la palabra como la verdad que reina.
Pero, ¿Por qué es tan importante la unidad? Porque a través de que estemos unidos, de que dejemos los rencores y diferencias atrás, de que velemos por la edificación de los unos y los otros, a través de esa perfecta unión el mundo conocerá el amor del Padre v23.
Seamos esa generación que edifica al hermano y no lo destruye, que instruye y no abandona, que cuida y no maltrata, que multiplica y no divide. Seamos esa generación que pone todas sus fuerzas, pasión y anhelos en cumplir la oración de Jesús, la de ser unos en él para que el mundo vea el amor de Dios y crea.
Autor: Daury Nova
Escritor
Basado en Juan 17: 1-26